El liderazgo transaccional es el que utiliza incentivos o penalizaciones para alcanzar ciertos objetivos a corto plazo, así como mejorar los niveles de productividad de una organización.
Encabezar una empresa u ocupar un puesto de responsabilidad dentro de la misma requiere del dominio de diferentes estilos de liderazgo y el saber en qué caso emplearlos. Uno que puede resultar particularmente útil para la mejora de la productividad es el liderazgo transaccional.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que, al cierre del año 2021, el Indicador Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) mostró los niveles más bajos desde el año 2009, por lo que es importante que las empresas mexicanas trabajen para elevar su eficiencia. Esto significa que pueden aprovechar los beneficios de un tipo de dirección y gestión como es el liderazgo transaccional.
El liderazgo transaccional es aquel que busca la mejora de resultados, estableciendo incentivos positivos o penalizaciones, en función de si se alcanzan los objetivos operativos previamente establecidos. La finalidad es premiar a quien cumple con las metas y/o castigar a quien no las logra. Esto significa que, si los trabajadores obtienen los resultados deseados, podrán recibir algún premio (bonos, horas libres, promociones, etcétera). También se aplica cuando los trabajadores incumplen las expectativas, llegan tarde o no alcanzan un mínimo de producción, recibiendo algún tipo de castigo, como descuentos o suspensiones.
Las empresas que aplican este tipo de liderazgo casi siempre cuentan con una estructura bien definida en la que se realizan procesos casi rutinarios. De esta forma, se busca evitar el conformismo, al tiempo que se fomenta la búsqueda de superación personal por parte de los trabajadores.
En el liderazgo transaccional los directivos tienen un rol más pasivo en la gestión diaria de los equipos que en el liderazgo autocrático. La plantilla laboral requiere contar con un alto grado de autonomía, debido a que su principal rendición de cuentas se da cuando han completado sus tareas.
Características del liderazgo transaccional
Esta clase de liderazgo se distingue por distintos factores, entre los que se encuentran:
- Una sola persona toma las decisiones.
- Los incentivos pueden ser económicos y/o morales.
- Busca motivar a los trabajadores con cosas que realmente puedan interesarles (más dinero, tiempo libre, vales de despensa…) y, a través de ello, mejorar la productividad.
- Pone particular atención en evaluar el desempeño. Se debe ejecutar un seguimiento del rendimiento laboral para identificar cuáles son los mejores elementos y los menos comprometidos.
- Es útil en situaciones en las que se requiere concentración o para resolver problemas a corto plazo.
- Los objetivos establecidos habitualmente son a corto plazo, por lo que se suele usar para proyectos específicos.
- Muy eficaz en situaciones de crisis.
- Limita la creatividad entre los empleados.
- Premia la dedicación y productividad de los trabajadores.
- Los empleados conocen exactamente qué actividades tienen que hacer.
- El líder se encarga de monitorear los trabajos y es el encargado de impartir las recompensas o castigos.
- Requiere un gran compromiso por parte de la plantilla.
Ventajas y desventajas del liderazgo transaccional
Este tipo de liderazgo cuenta con diversas ventajas y desventajas, que hay que conocer para poder saber cuándo es mejor aplicarlo.
Ventajas
- Sirve para obtener buenos resultados y elevar la productividad.
- Todos ganan. Tanto los empleados como el líder consiguen beneficios por la aplicación de este modelo.
- Los trabajadores se sienten valorados y motivados. Saben que su esfuerzo será recompensado.
- Existe una consecución rápida de los objetivos.
Desventajas
- Se limita la innovación entre la plantilla laboral.
- No se crea fidelidad entre los trabajadores. Si alguien les ofrece mejores recompensas, abandonarán la empresa sin dudarlo.
- Se fomenta la competencia entre los trabajadores, por lo que puede generarse un clima laboral desagradable.
- Las relaciones con el jefe son impersonales y únicamente se dan por trabajo.
Ejemplos de liderazgo transaccional
Este modelo de liderazgo está presente en muchas empresas y les ha ayudado a crecer.
Costco
Al igual que otras compañías, esta multinacional reconoce a su trabajador más eficiente y comprometido con el reconocimiento “empleado del mes”, exponiendo su fotografía en un muro a la vista de todos.
Jeff Bezos
El fundador y CEO (chief executive officer) de Amazon es considerado un líder transaccional. Su estrategia consiste en establecer una serie de objetivos a corto plazo, encaminados a obtener logros a gran escala.
Equipos deportivos de fútbol
En grandes campeonatos, como la Copa del Mundo, muchos países ofrecen a sus jugadores y directivos primas económicas por partido ganado y, especialmente, si finalmente consiguen el título de campeones.
Winston Churchill
El primer ministro del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial es un famoso líder transaccional, ya que empleó premios y castigos para motivar a sus conciudadanos a enfrentar el régimen nazi. En sus discursos elogiaba a quienes luchaban con bravura y regañaba a aquellos que renunciaban a cumplir con su deber.
Bancos
Los bancos en México suelen aplicar un sistema de recompensas entre sus ejecutivos y banqueros. Este tipo de empleados reciben importantes bonos si alcanzan los objetivos previamente establecidos.
Bill Gates
El fundador de Microsoft usa diferentes tipos de liderazgo, entre ellos el transaccional. Como CEO es reconocido por establecer generosas tablas de recompensas para que los responsables de los distintos departamentos se interesen en alcanzar los objetivos propuestos.
El liderazgo transaccional puede no ser siempre la mejor elección, pero resultará útil para obtener buenos resultados rápidamente. Para determinar en qué casos se puede aplicar y en cuáles no, es recomendable estudiar una Maestría en Dirección y Administración de Empresas (MBA), como la que oferta UNIR México.
Es importante tomar en consideración que la clave de este liderazgo es la evaluación del desempeño, por lo que es esencial contar con los conocimientos necesarios para realizar esta valoración de forma adecuada.