La disciplina científica de la victimología busca poner el foco en la víctima y analizar los crímenes u otras situaciones desde su punto de vista.
La sociedad está muy familiarizada con el estudio de los crímenes. Buena parte de culpa la tienen las series y películas que nos relatan todo tipo de historias para no dormir. Sin embargo, es muy habitual que, tanto en la vida real como en la ficción, el eje central de la trama se sitúe en torno a la persona que comete el delito. Así pues, en la mayoría de las ocasiones, la víctima suele quedar en un segundo plano. Esto, precisamente, es lo que pretende revertir la victimología.
¿Qué es la victimología?
La victimología es una de las muchas ramas de la criminología y que se estudia en la Licenciatura de Criminología de UNIR México. Se trata de una disciplina científica que se centra en estudiar a la víctima y a sus allegados, y en analizar las diferentes fases de la victimización y los factores que pueden haber intervenido. Su origen se debe al psiquiatra Fredric Wertham que acuñó el término en la década de 1930.
¿Por qué es importante estudiar a la víctima?
Según la Organización de Naciones las Unidas, el concepto de víctima engloba a las personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido un perjuicio, especialmente un ataque a su integridad física o mental; sufrimiento moral, una pérdida material o un ataque grave a sus derechos fundamentales, debido a acciones u omisiones que infringen las leyes penales en vigor de un Estado miembro.
No obstante, cabe señalar que esta definición no incluye a los familiares o allegados, que también son un elemento clave para la victimología. Esta rama destaca la importancia e intenta dar respuesta a preguntas como ¿qué factores provocan que alguien se convierta en víctima?, ¿qué tipo de ayudas necesita?, ¿qué ocurre con la víctima?, ¿se deja de ser víctima en algún momento? Todas estas preguntas tienen una enorme influencia psicológica, que justifica la eclosión de la victimología.
Imaginemos, por ejemplo, el escenario de un atentado terrorista en una estación de tren. En ese caso, se incluye automáticamente en la categoría de víctima a cualquier persona que fallezca o sufra daños físicos. Ahora bien, dicha categoría debe ampliarse también a quienes puedan haber sufrido algún daño psicológico, lo cual puede suceder sin estar siquiera presente o incluso un tiempo después del incidente. Por tanto, el concepto de victimología es muy amplio y es necesario estudiarlo con detalle.
Victimogénesis
En esta disciplina existe el término victimogénesis, es decir, los factores que predisponen a alguien para convertirse en víctima u objeto de un delito. Al respecto, podemos diferenciar dos grandes grupos: los factores de riesgo y los de vulnerabilidad.
Entre los diferentes factores de riesgo, encontramos aspectos como las características individuales de la persona (edad, género, situación socioeconómica, entorno familiar o los roles que desempeña).
Los factores de vulnerabilidad son mediadores entre el delito y el daño psíquico emergente e incluyen elementos de personalidad y factores sociales (estructura social, elementos ambientales, redes de apoyo o temas laborales).
Perfil victimológico y clasificación de las víctimas
Uno de los objetos de estudio de la victimología son los diferentes tipos de víctimas que existen. En ese sentido, una de las clasificaciones más utilizadas recurre al concepto de victimización o, lo que es lo mismo, la tendencia de un grupo de personas o un colectivo a considerarse víctimas. Según esta clasificación, encontramos tres grupos y características de una víctima:
- Victimización primaria: la persona sufre daños físicos o psíquicos, fruto de un hecho delictivo, ya sea de forma directa o indirecta.
- Victimización secundaria: se trata del impacto personal que se deriva de la participación en un proceso penal. Por ejemplo, el trauma o proceso de revictimización, al tener que revivir un acontecimiento durante la declaración ante un juez.
- Victimización terciaria: concibe que la persona que realiza un delito también puede ser víctima, así como sus personas cercanas. Incluye, por ejemplo, la estigmatización que puede llegar a imposibilitar el proceso de reinserción en la sociedad.
Después del crimen
¿Qué ayudas puede necesitar? o ¿qué ocurre con la víctima después del crimen? Estas son otras de las preguntas que se plantea la victimología. Así, esta rama tiene un papel activo en la creación de servicios para las víctimas y en la capacitación de psicólogos y otros profesionales que puedan prestar su asistencia.
Después del propio acontecimiento, aparece un nuevo concepto: desvictimización. Consiste en la reparación del daño y la reconstrucción necesaria para volver a estar integrado, sin ningún tipo de estigma, en la sociedad. Se trata de un proceso complejo, en el que intervienen muchos factores y en el que participan diferentes partes, como los familiares, el sistema de justicia penal, la policía, los psicólogos, los medios de comunicación o las asociaciones de apoyo a las víctimas.
La victimología es una ciencia compleja que todavía requiere más investigación. Además, es importante señalar que hay que tener mucho cuidado durante el desarrollo y la ejecución de los procedimientos de trabajo. Los nuevos profesionistas de la criminología que se formen en esta área deben prestar especial atención, para no causar ningún tipo de daño adicional a las víctimas en el desarrollo de su labor. Deben saber manejar las herramientas para entrevistar a una víctima, comprender el impacto emocional que ha sufrido y saber cómo tratarla con humanidad y empatía.
Conocer a la víctima en su totalidad y responder a los numerosos interrogantes que rodean su figura. Este es el ambicioso objetivo que tiene la disciplina científica de la victimología, que estudia, analiza y entiende a las víctimas, para que no sean olvidadas y cobren protagonismo en cualquier investigación.