La desigualdad social en México es un problema estructural que afecta múltiples dimensiones de la vida cotidiana, desde la distribución del ingreso hasta el acceso a servicios básicos como la educación y la salud.
¿Qué es la desigualdad social?
La desigualdad social se refiere a la distribución desigual de recursos, oportunidades y derechos dentro de una sociedad. No se trata solo de la diferencia en los ingresos, sino de cómo estos desbalances afectan la calidad de vida, el acceso a servicios y la posibilidad de desarrollo de las personas.
En México, este fenómeno se refleja en la concentración de la riqueza: un pequeño porcentaje de la población acumula la mayor parte de los recursos económicos, mientras que millones de personas enfrentan dificultades para cubrir necesidades básicas.
Esquivel (2015) destaca que esta desigualdad no es un hecho aislado, sino el resultado de un sistema económico y político que históricamente ha favorecido a ciertos sectores en detrimento de otros. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2022, el 36.3% de la población mexicana vivía en condiciones de pobreza, lo que equivale a aproximadamente 46.8 millones de personas. Esta situación evidencia las marcadas brechas sociales y económicas que persisten en el país.
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Ejemplos de desigualdad social
La desigualdad se manifiesta en distintos ámbitos de la vida cotidiana:
Educación: Mientras que en las grandes ciudades existen escuelas con tecnología avanzada y docentes altamente capacitados, en comunidades rurales e indígenas muchas escuelas carecen de infraestructura básica. En algunos casos, la situación es tan grave que ni siquiera cuentan con acceso a agua potable. Esta desigualdad está estrechamente ligada a la estructura social, que condiciona el acceso a oportunidades educativas de calidad.
Salud: El acceso a servicios de salud de calidad depende del nivel socioeconómico y la ubicación geográfica, dejando a muchas personas en situación de vulnerabilidad sin atención médica básica.
Ingreso y empleo: La informalidad laboral y la brecha salarial golpean directamente a distintos sectores de la sociedad, afectando particularmente a las mujeres. No hay un suelo parejo para todos, y esto se refleja en la falta de oportunidades de desarrollo económico.
Vivienda: Millones de personas viven en condiciones precarias, sin acceso a servicios básicos como agua potable y saneamiento. Si a esto sumamos otras desigualdades, como la falta de acceso a educación, salud, empleo formal y vivienda digna, nos enfrentamos a un enorme desafío: un sistema estructural que se ha perpetuado a lo largo de los años y que, irónicamente, se alimenta de estas mismas desigualdades.
Tipos de desigualdad social
La desigualdad social en México se puede clasificar de la siguiente forma para facilitar su estudio y comprensión:
Desigualdad económica: Se refleja en la distribución inequitativa de ingresos y riqueza, donde un pequeño grupo concentra los recursos mientras amplios sectores carecen de necesidades básicas.
Desigualdad educativa: Queda en evidencia por las marcadas diferencias en el acceso y calidad de la enseñanza en algunas zonas del país. Estas carencias de infraestructura y capacitación perpetúan los ciclos de pobreza y limitan el desarrollo personal y profesionista.
Desigualdad de género: Se manifiesta en barreras estructurales y estereotipos que limitan la plena participación de las mujeres. Existe una persistente brecha salarial, el “techo de cristal” que impide su ascenso a altos cargos y la distribución desigual de roles tradicionales. Estas limitaciones reducen su representación en puestos de liderazgo y su influencia en la toma de decisiones clave.
Desigualdad territorial: Se evidencia en la distribución desigual de servicios, recursos e infraestructura tanto a nivel regional como intraurbano. Aunque las áreas urbanas, en términos generales, ofrecen mejores condiciones, existen diferencias significativas entre barrios, donde el acceso a servicios básicos como el agua varía notablemente. Además, las zonas rurales e indígenas continúan enfrentando serias deficiencias, lo que complica la equidad en el desarrollo nacional.
Desigualdad laboral: Se expresa en las diferencias de condiciones de empleo y remuneración. La prevalencia del empleo informal, la precariedad laboral y las brechas salariales—especialmente entre hombres y mujeres—generan un círculo vicioso que afecta el crecimiento profesionista y la calidad de vida.
Causas de la desigualdad social
Las causas de la desigualdad social en México son diversas y multifactoriales, y han sido abordadas por muchos autores a lo largo de los años.
Autores como Chevalier (1976) y Marichal (1999) han estudiado la desigualdad en México desde la época colonial, mostrando cómo la concentración de la riqueza y el poder en pocas manos ha perpetuado esta problemática a lo largo de los siglos.
Según Lustig (2016), las estrategias económicas y las políticas excluyentes en América Latina han tendido a beneficiar a los sectores más ricos, dejando a una gran parte de la población sin acceso a mecanismos de movilidad social y profundizando la exclusión social.
Cuando hablamos de desigualdad, no podemos ignorar la corrupción, un factor determinante en su perpetuación en México. Autores como John Bailey (2014) analizan cómo la corrupción, junto con el crimen organizado y la violencia, ha atrapado al país en una trampa de inseguridad, donde estos elementos se retroalimentan, debilitando la democracia y limitando el desarrollo social y económico.
Consecuencias de la desigualdad social
La desigualdad social tiene un impacto profundo en la vida de las personas y en el desarrollo del país, porque deteriora cada vez más el tejido social y frena el crecimiento económico y la distribución equitativa del ingreso.
- Las desigualdades estructurales perpetúan la pobreza a lo largo de generaciones.
- La falta de oportunidades económicas está vinculada al aumento de la delincuencia.
- En México, el origen socioeconómico sigue determinando en gran medida el futuro de una persona.
- La desigualdad en el acceso a servicios médicos genera brechas en la esperanza y calidad de vida.
- Un país con altos niveles de desigualdad no aprovecha su capital humano, lo que limita su crecimiento.
5 soluciones para reducir la desigualdad social
Para combatir la desigualdad social en México, es necesario implementar políticas públicas multidimensionales, integrales y sistémicas que realmente sean efectivas.
- Mejorar el acceso a la educación: Invertir en infraestructura básica en todos los niveles, capacitar al personal docente y extender los programas de becas a las comunidades y sectores más vulnerables.
- Diseñar sistemas tributarios más equitativos: Reducir la concentración de la riqueza y financiar programas sociales.
- Ampliar la cobertura y calidad de los servicios de salud y protección social.
- Implementar políticas de igualdad de género: Reducir la brecha salarial y fomentar la participación de las mujeres en la economía.
- Promover inversiones en infraestructura y empleo en zonas marginadas, con énfasis en el desarrollo regional equilibrado.
La desigualdad social en México no es un fenómeno reciente ni fácil de resolver. Sin embargo, con estrategias bien diseñadas, la acción social y la participación activa de la sociedad, es posible reconstruir un país con bases más equitativas y sólidas, donde haya oportunidades para todos.
Autora:
Norma Saldivar Hadad
Coordinadora de Titulación. Facultad de Artes y Ciencias Sociales
Referencias Bibliográficas
- Chevalier, F. (1976). Formación de los latifundios en México: Tierra y sociedad en los siglos XVI y XVII (A. Alatorre, Trad.). Fondo de Cultura Económica. (Trabajo original publicado en 1952)
- Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). (2022). Medición de la pobreza en México 2022. CONEVAL. https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Pobreza_2022.asp
- Esquivel, G. (2015). Desigualdad extrema en México. Oxfam México.
- Lustig, N. (2016). El impacto del sistema tributario y el gasto social en la distribución del ingreso y la pobreza en América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Perú y Uruguay. CEQ Documento de Trabajo No. 37. Tulane University.
- Marichal, C. (1999). La bancarrota del virreinato: Nueva España y las finanzas del imperio español, 1780-1810. Fondo de Cultura Económica.
