La educación ambiental consiste en formar a las personas para que adquieran una conciencia ambiental, reduciendo su consumo de recursos naturales y su huella de carbono, algo esencial en la sociedad actual.
Combatir el cambio climático es una cuestión prioritaria que requiere de la implicación de toda la sociedad. En este contexto, la educación ambiental ha cobrado especial importancia, por lo que es urgente que más escuelas, organizaciones e instituciones en México la implementen.
Todas las personas tienen la responsabilidad de proteger la naturaleza y reducir el impacto que causan en el ambiente, pero necesitan alguien que les explique cuáles son las mejores estrategias para conseguirlo. La Maestría en Gestión Ambiental y Eficiencia Energética, como la que oferta UNIR México, combina conocimientos sobre gestión ambiental y energética, por lo que quienes eligen esta formación serán capaces de formar adecuadamente a la población y promover el desarrollo sostenible.
¿Qué es la educación ambiental?
Se puede definir la educación ambiental como el proceso de formación de individuos conscientes y responsables del cuidado del planeta, los cuales cuentan con los conocimientos necesarios para comprender y solucionar los problemas de su entorno.
Gracias a este proceso, es posible formar a generaciones más respetuosas con la biodiversidad del planeta, reduciendo su consumo de recursos naturales y su huella de carbono. El objetivo final es sensibilizar sobre la importancia de crear una conciencia ambiental para preservar todas las formas de vida de la Tierra.
En general, la educación ambiental debe promover:
- La importancia del respeto a la diversidad biológica y cultural.
- El respeto a las necesidades básicas de toda la población, no solamente de las individuales.
- La equidad y sustentabilidad.
- La solidaridad y el respeto a las culturas.
- El pensamiento crítico e innovador para elaborar modelos de desarrollo sustentables.
Educación ambiental formal y no formal
Dependiendo del ámbito en el que adquieren sus conocimientos las personas, la educación ambiental puede clasificarse en educación ambiental formal y no formal.
Educación ambiental formal
Es la que se imparte dentro de la educación reglada, que va desde el kínder a la universidad. Las clases se dan de acuerdo con la edad de los alumnos y dependen del contenido establecido dentro de los programas educativos, buscando que el estudiantado cree conciencia de la trascendencia de la preservación de la biodiversidad y la eficiencia energética. Esta clase de formación busca ser universal, secuencial y ampliarse a lo largo del tiempo. En México, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) son las encargadas de promoverla, con la participación activa de los docentes y el personal directivo de las escuelas.
La educación ambiental no formal
Son todas las formas de conocimiento sobre el cuidado del medio ambiente que no se realizan dentro de instituciones educativas reconocidas oficialmente. Pueden ser las que llevan a cabo los municipios, las organizaciones no gubernamentales o las mismas escuelas dirigidas a personas que no necesariamente están matriculadas en la institución.
Importancia de la educación ambiental
La educación ambiental es esencial en el contexto actual, puesto que promueve la concientización ambiental entre la población. Gracias a esta clase de formación se despierta la curiosidad de las personas sobre distintas temáticas ambientales, estas se involucran en la resolución de problemas y adoptan distintas medidas para promover el cuidado de la naturaleza.
Entender la realidad global del planeta y las consecuencias de la interacción de los sistemas sociales con la naturaleza es fundamental si se busca lograr un mundo sostenible. La sensibilización de las nuevas generaciones resulta prioritario para mejorar la relación entre el ser humano y el medio en el que se desarrolla.
Por ello, es crucial que las escuelas incluyan un buen programa de educación ambiental y colaboren con distintas instituciones para impulsar la creación de una cultura ambiental en México. De esta forma, la población poseerá los conocimientos necesarios para encontrar soluciones a los problemas ambientales que aquejan al planeta y podrá prevenir futuras afectaciones.
Estrategias didácticas para la educación ambiental
Existen distintas estrategias didácticas para la educación ambiental que se pueden impulsar dentro de las escuelas, entre ellas:
- Promover conexiones con la naturaleza. Se trata de que los estudiantes desarrollen conexiones con la naturaleza. Para lograrlo, se puede emplear el entorno natural como aula y dar clases en parques y/o espacios al aire libre.
- Experiencias inmersivas. Los alumnos, particularmente los niños, aprenden a través de la experiencia. Las actividades prácticas, como la siembra de huertos escolares o el cuidado de animales, les ayuda a comprender cómo interactuar con la naturaleza.
- Juegos educativos. Juegos de mesa, rompecabezas u otro tipo de actividades que expongan la importancia de proteger el medio ambiente pueden ayudar a reforzar el aprendizaje de una manera atractiva
- Charlas de expertos. Invitar a biólogos, profesionales del reciclaje o activistas del medio ambiente les proporcionará referentes con conocimientos profundos sobre problemas ambientales.
- Aprovechamiento de la tecnología. El empleo de aplicaciones, simulaciones y plataformas en línea pueden hacer que la educación ambiental sea más accesible e interesante.
Proyectos para el cuidado del medio ambiente en el aula
De manera más específica, algunos de los proyectos para el cuidado del medio ambiente en el aula que pueden aplicar los docentes son:
- Hacer actividades en la naturaleza. Pasear por el bosque, visitar entornos naturales, acudir a parques botánicos, etc. Este tipo de actividades son una excelente forma de concienciar a los niños sobre la necesidad de cuidar de la naturaleza.
- Enseñar cómo reciclar. Mostrar a los alumnos cómo separar correctamente los residuos y concientizarlos sobre la importancia del aprovechamiento de los materiales, permitirá que lleven este conocimiento a sus hogares y lo apliquen.
- Fomentar la reutilización de los materiales. Con un poco de creatividad, ciertos objetos pueden tener una segunda vida. Las llantas pueden convertirse en muebles o los vasos de yogurt pueden reaprovecharse en manualidades.
- Programar la limpieza de un entorno natural. Los estudiantes pueden colaborar para librar de basura un parque, un río, una playa o un bosque. De esta forma, serán conscientes de toda la basura que se tira y que puede perjudicar a animales y plantas.
- Cultivar alimentos en clase. No se necesitan grandes espacios verdes para sembrar; un cartón de huevos puede servir como maceta para que los niños realicen un pequeño semillero y propiciar que el alumnado se acerque a la naturaleza.
Perfiles como el del educador ambiental son esenciales para que las nuevas generaciones entiendan lo que pueden hacer para proteger la biodiversidad y aprovechar sabiamente los recursos que proporciona la naturaleza. Debemos recordar que el trabajo en gestión ambiental resulta crucial, pero todos tenemos la responsabilidad de cuidar del planeta en el que habitamos.