El aprendizaje kinestésico es un método de enseñanza centrado en las experiencias del propio cuerpo, en sus sensaciones y sus movimientos.

La docencia es una de las profesiones que más cambios sufre para adaptarse a las necesidades que plantea el alumnado y al ritmo que estos necesitan. Por eso es fundamental la continua formación del profesorado. En este post analizamos el aprendizaje kinestésico, un método basado en la experimentación de nuestro cuerpo y sus posibilidades de acción.
¿Qué es el aprendizaje kinestésico?
El aprendizaje kinestésico es un método de enseñanza centrado en las experiencias del propio cuerpo, en sus sensaciones y sus movimientos. El cuerpo del niño recuerda las acciones que este va aprendiendo para actuar en consecuencia con los diferentes retos que se le plantean. Nace de las sensaciones y de las vivencias que el ser humano va obteniendo en su proceso de asimilación y conocimiento de los contenidos.
A esta clase de enseñanza se le denomina también táctil puesto que es fundamental el tacto que obtienen de los objetos, de los materiales o herramientas que se ponen a su disposición en el aula. En esta clase de actividad es donde el alumnado va a experimentar con su cuerpo y con los elementos que se le presenten.
Se debe partir siempre del interés de los niños y de sus capacidades, combinando lo manipulativo con las emociones y el juego. De este modo, resultará más significativo y lúdico para el aprendizaje del estudiante. Para que este tipo de enseñanza logre su cometido hay que apelar a la memoria muscular del cuerpo y a las experiencias que este ha ido adquiriendo con las tareas y asimilación de las mismas. En este sentido, la Maestría en Educación brinda herramientas teóricas y prácticas que permiten a los profesionales diseñar estrategias pedagógicas innovadoras, centradas en el desarrollo integral del estudiante.
Este enfoque de enseñanza no solo se basa en la experimentación y las sensaciones corporales, sino que también responde a las necesidades de un perfil específico de estudiantes que encuentran en el movimiento y la manipulación física su forma natural de aprender. Este grupo de alumnos requiere un enfoque dinámico y activo para procesar la información de manera efectiva. A continuación, exploraremos en detalle a estos estudiantes, conocidos como niños kinestésicos, y cómo adaptar la enseñanza para potenciar sus habilidades.
Los niños kinestésicos
El niño kinestésico es aquel que aprende mejor a través del movimiento, la experimentación y la manipulación de objetos. Necesita interactuar físicamente con su entorno para asimilar conocimientos de manera efectiva. Estos niños prefieren actividades prácticas, como construir, tocar, moverse y experimentar directamente con los materiales de aprendizaje. Se benefician enormemente de métodos de enseñanza activos, como dramatizaciones, juegos de rol, ejercicios físicos o actividades artísticas. Comprender las necesidades del niño kinestésico permite a los docentes adaptar sus estrategias didácticas, favoreciendo un aprendizaje más significativo y duradero.
Características de los niños kinestésicos
Los niños kinestésicos se caracterizan por:
- Aprender mejor a través del movimiento y la manipulación de objetos.
- Ser muy activos y disfrutan participando en actividades físicas, juegos y ejercicios prácticos.
- Prefieren experimentar y explorar el entorno tocando y manipulando lo que tienen a su alcance.
- Tener buena coordinación motora y habilidades manuales.
- Mostrar dificultades para permanecer quietos durante largos períodos de tiempo.
- Estar más cómodos al aprender haciendo, que escuchando o leyendo información. Por eso, las metodologías de enseñanza que integran dinámicas interactivas y experiencias prácticas resultan especialmente efectivas para ellos.
Características del aprendizaje kinestésico
El aprendizaje kinestésico tiene una serie de características que son:
- Es un aprendizaje más lento que el visual o el táctil, pero es más significativo, ya que va a perdurar en el tiempo mucho más que los otros métodos llegando a convertirse, incluso, en conocimientos que permanecen toda la vida.
- Son más manipulativos y ayudan a expresar las emociones a través de movimientos.
- Los niños necesitan sentirse parte del proceso de estudio que se produce en el aula, por lo que es fundamental partir de lo que les gusta.
- Es un aprendizaje experimental, por lo que se basa en el ensayo y error en busca de respuestas (llegando a diferentes conclusiones).
- Proporciona una mayor actividad física, por lo que está indicado para aquellos alumnos que presenten una mayor necesidad de moverse.
Ejemplos de aprendizaje kinestésico:
Algunos ejemplos comunes de aprendizaje kinestésico son:
Juegos de rol en los que se representa situaciones o escenas que favorecen la comprensión de conceptos sociales, históricos o literarios.
Uso de materiales como bloques, ábacos o modelos 3D ayuda a interiorizar conceptos abstractos de matemáticas.
Dinámicas y actividades como saltar para señalar la respuesta correcta o caminar por estaciones temáticas refuerzan la memoria física.
Manualidades y construcción: Elaborar maquetas o proyectos artesanales permite integrar teoría con práctica.
Simulaciones y laboratorios: Reproducir experimentos o procesos fomenta el aprendizaje práctico y autónomo.
Beneficios del aprendizaje kinestésico:
Este aprendizaje tiene múltiples beneficios, entre ellos destacan:
Mejora de la retención de la información: Al involucrar el cuerpo, se activa la memoria muscular, lo que facilita el recuerdo a largo plazo.
Aumento de la participación activa: Las dinámicas físicas aumentan la motivación y el compromiso con el proceso educativo.
Desarrollo de habilidades motoras y cognitivas: Combina pensamiento crítico con coordinación y destreza manual.
Estimulación de la creatividad: Permite explorar nuevas formas de resolver problemas a través del ensayo y error físico.
Adaptabilidad para diferentes entornos: Se puede aplicar en el aula, en casa o en espacios abiertos, favoreciendo la diversidad de experiencias.
Ideas para aplicar el aprendizaje kinestésico en el aula
Para poder trabajar este tipo de enseñanza en un aula se deben llevar a cabo diversos tipos de actividades que partan siempre de lo que los alumnos demanden. Entre las tareas que se pueden realizar estarían:
- Proyectos: cualquier tema de estudio que pueda interesarles puede ser objeto de investigación, potenciando su autonomía.
- Tecnologías en la educación: es la forma más táctil de trabajar la investigación, practicar la lectoescritura o actividades similares. Puede hacerse a través del teclado del ordenador, de la tablet, de la pizarra digital…
- Actividad física: juegos, deportes, circuitos, ejercicios de..
- Talleres: para experimentar con objetos y texturas manipulando y construyendo con diferentes materiales. Básicos para fomentar la creatividad y el desarrollo de las capacidades de los niños.
- Las emociones: es importante trabajar la expresión y comunicación de las mismas, a través de asambleas de filosofía para niños, de resolución de conflictos o de reflejar sus sentimientos a través de las artes plásticas.
Con este método de trabajo se consigue que el alumnado aprenda de otras formas que se adaptan más a sus necesidades y a sus características personales. Sobre todo, se distancia del aprendizaje más tradicional y opta por un modelo más autónomo y experimental que conlleva la adquisición de conocimientos más significativos y duraderos en los niños, lo que contribuirá a desarrollar todas las inteligencias que poseen.
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