Incrementar la inteligencia emocional es esencial si se quiere enfrentar los problemas de mejor forma, ya que permite a las personas autorregularse y motivarse para alcanzar sus metas.
La inteligencia asociada a las competencias cognitivas no es la única que necesitan los seres humanos para alcanzar el éxito. Aplicar ciertos consejos para mejorar la inteligencia emocional contribuye en el bienestar de una persona, en el desarrollo personal y profesional y en mantener relaciones satisfactorias con los demás.
Para aprender las mejores técnicas para desarrollar esta clase de inteligencia es recomendable la Maestría en Educación Integral y Socioemocional de UNIR México, un posgrado que proporciona a sus estudiantes la capacidad de interrelacionar la dimensión intelectual, la afectiva y la social. Del mismo modo, la Universidad ofrece la posibilidad de añadir como complemento formativo un Certificado estadounidense en Inteligencia Emocional y Disciplina Positiva estudiando cualquiera de las Maestrías del Área de Educación que ofrece UNIR México.
La inteligencia emocional consiste en la habilidad que tienen las personas de reconocer y comprender sus propias emociones y entender las de los demás. Asimismo, es la capacidad de automotivarse, controlar los impulsos y gestionar la frustración. Todas las personas pueden potenciar y mejorar esta competencia.
La importancia de la inteligencia emocional
La importancia de la inteligencia emocional en el aula es un tema de creciente relevancia en el ámbito educativo en México. La inteligencia emocional no solo se trata de comprender y gestionar las propias emociones, sino también de reconocer y responder a las emociones de los demás. Una elevada inteligencia emocional conlleva numerosas ventajas, entre las que se destacan:
- Ayuda a que las personas puedan conectar con otros seres humanos y forjar relaciones empáticas.
- Mejora las habilidades comunicativas.
- Fomenta la resistencia al estrés.
- Impulsa estados de ánimo más positivos.
- Cimenta la estabilidad psicológica.
Técnicas y estrategias para mejorar la inteligencia emocional
A la hora de hablar de inteligencia emocional es importante entender los 5 aprendizajes de Daniel Goleman sobre la inteligencia emocional, los cuales incluyen la conciencia de uno mismo, la empatía, la motivación, el autocontrol y la capacidad de relacionarse.
Algunas de las técnicas para mejorar la inteligencia emocional que se pueden aplicar en la vida diaria son:
Escucha activa
Aprender a escuchar es esencial si se quiere alcanzar una comunicación efectiva, en la que se respeten las perspectivas y emociones de los demás. Aunque se necesita poner atención a lo que dicen los demás, también se debe tomar en consideración lo que comunican con su lenguaje corporal.
Diario de emociones
Escribir constituye una terapia liberadora, en la que las personas pueden expresarse de forma sincera. Por este motivo, es recomendable nombrar cada emoción experimentada durante el día y tratar de determinar su origen. Al ponerlo sobre el papel, las personas podrán entender mejor sus sentimientos y se sentirán más desahogadas.
Programación neurolingüística (PNL)
Entre las estrategias para mejorar la inteligencia emocional usadas habitualmente destaca la programación neurolingüística. Esta afirma que el lenguaje y la comunicación constituyen la base de la experiencia humana, por lo que al analizar estos patrones se puede cambiar las percepciones de las personas
La PNL permite desarrollar ciertas habilidades esenciales para la inteligencia emocional:
- Mejorar la comunicación con las otras personas.
- Autoconocimiento.
- Elevar la percepción.
- Aceptar el cambio.
Mindfulness
Se puede traducir como atención plena. Esta práctica de meditación consiste en poner atención al momento presente de forma intencional y sin emitir juicios. Cuando se practica correctamente, permite ser compasivo con uno mismo y aceptar los pensamientos o sentimientos que surgen.
Admitir la vulnerabilidad
Las personas que aceptan sus defectos y debilidades y se muestran ante los demás tal como son, se atreven a tomar riesgos y son más fuertes emocionalmente. Además, imaginar la propia respuesta ante una situación de angustia puede resultar útil para responder con una mayor tranquilidad.
Trabajar la inteligencia emocional en el aula
Si se busca lograr que los alumnos mexicanos tengan un desarrollo pleno es importante trabajar la inteligencia emocional en el aula, no solamente la inteligencia cognitiva. De esta forma, los estudiantes serán capaces de sobreponerse a los obstáculos, respetarán a sus compañeros y contarán con más herramientas para tener éxito en la vida
Lo anterior puede llevar a la gente a cuestionarse qué es la inteligencia emocional en el aula. Esta consiste en impulsar la compresión de los sentimientos propios y ajenos entre el alumnado para que puedan manejar adecuadamente sus emociones.
En las escuelas, el profesorado es el encargado de determinar los recursos adecuados para ayudar a sus estudiantes a impulsar esta habilidad, tomando en consideración elementos como su edad, capacidad de aprendizaje y desarrollo cognitivo, así como el entorno en el que se encuentran. Al impulsar un aprendizaje emocional se les estará proporcionando herramientas básicas para su futuro.
Para implementar la educación emocional en el aula es recomendable seguir una serie de consejos:
1. Promover la autoevaluación
Animar a los alumnos a que se autoanalicen y determinen que están sintiendo en cada momento les ayudará a determinar en el futuro cuál es la mejor respuesta.
2. Ponerles nombre a las emociones
Se pueden realizar distintos ejercicios prácticos para que los estudiantes sean capaces de reconocer sus diferentes emociones. Ser capaces de nombrar sus sentimientos contribuirá a determinar qué tienen que hacer para controlarlos.
3. Practicar la escucha activa
Realizar actividades de escucha activa, en la que se escuchen las emociones y sentimientos de todos los estudiantes, se intercambien opiniones, anécdotas y consejos, será útil para desarrollar esta habilidad.
4. Fomentar la autoestima
Hay que demostrar a cada estudiante que es importante y tratar de dedicarle la atención que requiere en cada momento.
5. Inculcar la paciencia
Entender que no siempre se obtiene todo lo que se quiere de forma inmediata y, en ocasiones, nunca, es un aprendizaje que resultará muy útil a lo largo de toda la vida. Muchas veces se requiere trabajo, tiempo y esfuerzo para conseguir algo, por lo que resulta clave interiorizar este concepto.
6. Mediar en la resolución de conflictos
Entre los consejos para mejorar la inteligencia emocional es esencial incluir la resolución de problemas de forma pacífica y sin lastimar a nadie. Encontrar entre todos una solución permite deshacerse de emociones negativas, como la rabia, y evita recurrir a la violencia física.
7. Predicar con el ejemplo
Si lo que se quiere es enseñarles a los estudiantes la escucha activa, se debe aplicar esta técnica a la hora de tratar con ellos. Lo mismo sucede con las demás habilidades vinculadas con la inteligencia emocional.
8. Ayudarles a practicar el autodominio y el autocontrol
Es posible realizar ejercicios para que puedan regular las emociones y modificar lo que están sintiendo ante situaciones de angustia.
9. Aplicar la disciplina positiva
Aplicar la disciplina positiva para el desarrollo de la inteligencia emocional en el aula permite la canalización de las emociones, la autoestima, el desarrollo creativo y la autogestión emocional.
10. Facilitar la petición de ayuda
Los alumnos tienen que ser conscientes de que no siempre pueden resolver todo por sí mismos. En algunos casos requieren pedir ayuda a los demás, como padres, maestros y, en caso necesario, profesionales con una Maestría en Psicopedagogía.
De acuerdo con el estudio “La inteligencia emocional en jóvenes mexicanos”, todos los componentes de la inteligencia emocional son importantes, pero el más valorado por este colectivo es la atención emocional. Al aplicar los consejos para mejorar la inteligencia emocional los docentes estarán ayudando a su alumnado a adquirir esta y otras habilidades fundamentales para enfrentar satisfactoriamente las situaciones de estrés y angustia.