El texto dramático es un género literario escrito para ser llevado a escena y cuenta con unas características específicas que lo diferencian de los textos narrativos.
Antes de que los actores suban al escenario y antes incluso de que el director diseñe la puesta en escena de una obra teatral, nace el texto dramático, un género literario escrito con el objetivo de convertirse en una propuesta escénica. Aquí, es recomendable la Maestría en Escritura Creativa de UNIR México, consolidándote como un experto en la narración efectiva y eficaz de textos literarios. Además, dentro de la Maestría en Teatro y Artes Escénicas de UNIR México, los estudiantes adquieren las claves para convertir los textos dramáticos en exitosas obras teatrales.
El texto dramático podría definirse como el texto base de una obra de teatro en el que se recogen los diálogos, acciones y emociones de una propuesta escénica con el objetivo de que el director pueda crear una propuesta escénica.
A pesar de que su nombre pueda sugerirlo, el texto dramático no es necesariamente un drama, una historia triste o una tragedia, sino que su nombre procede de un término griego que hacía referencia al concepto de actuación en general y no al género.
Entre las características de los textos dramáticos destaca su ausencia de narrador, el principal elemento que lo diferencia de un texto narrativo. En el dramático, la historia se relata a partir de los diálogos y acciones de los personajes.
¿Qué es un texto dramático?
Hay que tener en cuenta que texto dramático no es sinónimo de obra teatral. Esta última es el trabajo del director, mientras que el texto es obra del dramaturgo y pertenece al género literario, no al de las artes escénicas. Sin embargo, todo texto dramático está escrito pensando en su puesta en escena, por eso, llega a su sentido pleno cuando se pone en un escenario.
Con el texto dramático y las anotaciones, se compone posteriormente el guion teatral, que dará lugar a la obra de teatro en sí misma.
Estructura del texto dramático
La estructura del texto dramático se organiza en tres partes fundamentales: presentación, nudo y desenlace.
- En la presentación, se introducen los personajes, el conflicto central y el contexto donde se desarrolla la acción.
- El nudo es el momento de mayor tensión, donde el conflicto crece y los personajes enfrentan obstáculos que complican la trama.
- Finalmente, el desenlace es la resolución del conflicto, donde las acciones alcanzan su clímax y se cierran las líneas narrativas. Esta estructura básica, que subyace en obras de teatro clásicas y contemporáneas, es clave para captar y mantener el interés del público.
Elementos del texto dramático
Teniendo en cuenta que la finalidad de un texto dramático es su puesta en escena en teatro, hay una serie de elementos principales que siempre están presentes:
- Diálogos: en las representaciones teatrales los diálogos son fundamentales y, por eso, el texto dramático incluye todas las palabras que deben pronunciar los personajes, pero también la trama y emociones contenidas en la obra. Puede estar escrito en prosa o en verso.
- Personajes: cada uno tiene su propia personalidad, tono y papel (protagonistas, antagonistas, secundarios, coro…). En el texto dramático no se desarrollan sus características, sino que se definen a través de sus palabras, movimientos y entradas y salidas de escena.
- Anotaciones: el texto dramático también puede incluir instrucciones o indicaciones del dramaturgo para la puesta en escena, como son los movimientos de los personajes, sus expresiones o la ambientación.
- Estructura: los textos dramáticos pueden estar divididos en actos y estos en escenas, aunque no siempre.
- Conflicto: es esencial en el texto dramático, pues todo texto dramático supone una confrontación. El conflicto puede ser interno (dentro de un personaje) o externo (entre personajes). Su objetivo es impulsar a la acción e iniciar el desarrollo de la historia.
- Tema: más allá del argumento de un texto dramático, todos tratan un tema de carácter universal que da profundidad y significado a la obra. En consonancia con esto, es habitual que cuenten con un mensaje o moraleja implícita o explícita.
En cuanto a la estructura, el texto dramático clásico incluye introducción, nudo y desenlace, pero hay muchas más posibilidades.
Tipos y características de los textos dramáticos
Siguiendo la tradición de la dramaturgia, existen tres grandes géneros de textos dramáticos:
- Drama: se caracteriza por presentar situaciones realistas y personajes complejos que se enfrentan a conflictos, tanto internos como externos. Abarca una amplia variedad de tonos y temas pero siempre desde un enfoque de seriedad y reflexión, aunque no tiene por qué ser obligatoriamente triste.
- Tragedia: los conflictos a los que se someten los personajes los abocan a un desenlace trágico. Siempre se trata desde un tono serio y solemne, y los protagonistas se enfrentan a situaciones difíciles o fuerzas poderosas que los llevan hacia un destino desafortunado.
- Comedia: a diferencia de los anteriores, la comedia busca entretener y hacer reír al público mediante situaciones en clave de humor, absurdas o malentendidos.
Además de estos tres grandes géneros de los textos dramáticos clásicos, con la evolución de la literatura y de la dramaturgia han surgido otras variantes:
- Experimental: desafío de las convenciones dramáticas clásicas tanto en la interpretación de los actores como en la puesta en escena.
- Musical: incorpora elementos musicales y canciones a los diálogos.
- Monólogos: el protagonista habla directamente al público para expresar sentimientos y sensaciones (no es propiamente un género, es más bien una herramienta que usan los textos dramáticos).
Ejemplos de texto dramático
Siguiendo los diferentes parámetros de la técnica teatral, algunos de los ejemplos más famosos dentro de cada género son:
- Drama: Un tranvía llamado deseo (Tennessee Williams), La vida es sueño (Calderón de la Barca) y Medea (Eurípides).
- Tragedia: Bodas de sangre (Federico García Lorca), Romeo y Julieta (William Shakespeare) y Edipo Rey (Sófocles).
- Comedia: El enfermo imaginario (Molière), El burlador de Sevilla (Tirso de Molina) y Las nubes (Aristófanes).
Estos son solo algunos ejemplos representativos de obras clásicas y más actuales de los grandes géneros de texto dramático. Todos ellos tienen en común una gran escritura creativa, el tratamiento de temas complejos y una gran profundidad de sus personajes, aspectos que comparten todos los textos, independientemente de su género. Estudios como la Maestría en Teatro y Artes Escénicas online de UNIR México aportan las claves para desarrollar historias únicas, expresivas y atractivas para el público.