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Educar para la igualdad: prevenir la violencia de género desde la escuela

La educación es una herramienta clave para erradicar la violencia de género desde sus raíces. Formar conciencia y promover relaciones igualitarias desde edades tempranas es fundamental para construir una sociedad más justa y libre de violencia.

Prevenir la violencia de género desde la educación no representa una opción, sino una responsabilidad ética con el estudiantado, la sociedad y la educación misma

¿Qué es la violencia de género?

La violencia de género es aquella que se ejerce sobre una persona, principalmente mujeres y personas con identidades disidentes, por razón de su género, es decir, que se debe a la identidad y/o expresión de género elegido por la persona, así como a su orientación sexual; la cual surge como una manifestación de las relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres que históricamente se han establecido en las sociedades, y que aún no se han cuestionado, reformado o transformado.

De acuerdo con la Procuración General de la Nación de la República Argentina (2020), la violencia de género tiene sus raíces en la diferenciación de roles, conductas y expectativas asignadas sexualmente por la sociedad y la cultura a los hombres y mujeres, entre las cuales se distribuye quiénes pueden acceder a la agresión, a quiénes se les valida el ejercicio de la fuerza física o a quiénes se les pide el silencio como un rasgo deseado. Todas características diferenciadas sexualmente que fungen como ingredientes para recrear relaciones y dinámicas sociales que favorezcan la aparición de la violencia, ya sea en formas explícitas como agresiones físicas, amenazas hasta otras más sutiles como el control, la manipulación o la invisibilización.

En este contexto, la formación especializada, como la Maestría en Orientación Educativa, cumple un rol fundamental al preparar profesionales capaces de detectar, prevenir y abordar estas problemáticas desde el ámbito educativo.

Maestría en Orientación Educativa Familiar

De tal manera, se devela que la violencia de género es causa y efecto de una forma de dominación basada en la idea de superioridad de un género sobre otro, que se aprende desde la infancia y, por tanto, se puede desaprender.

¿Por qué prevenir la violencia de género dentro de la escuela?

Reconociendo que la violencia de género es una manifestación estructural de desigualdad que atraviesa todos los espacios, incluidos los educativos, se parte de la idea que la escuela (y, por supuesto, la educación) no puede ser neutral a este fenómeno. En particular, cuando se le considera un espacio donde no sólo se transmiten conocimientos sino que se construyen subjetividades sobre el mundo, mismas que pueden impactar, según Benbourlerbah (2023), al alumnado, profesorado y personal de atención educativa como ejercitadores de la violencia y/o como víctimas de la misma.

Desde este lugar, la educación puede ser reproductora de desigualdades o transformadora de realidades, dependerá de cómo se decida ejercerla y desde qué principios se plantee su implementación en el aula, el centro educativo y en su participación con las familias. Incluso, UNICEF (2009) señala que para avanzar en las metas de igualdad de género, se requiere del trabajo consciente del profesorado, tanto en su formación, actuación docente y en la concepción que tengan sobre el alumnado, en cuestión de género.

Por tanto, se distingue que para que el espacio escolar se alinee a los objetivos centrales de una educación que renuncie a la violencia de género, se necesita un cambio de paradigma consciente que ejercite su búsqueda hacia la igualdad de la siguiente manera:

  • Reducir la reproducción de estereotipos sexistas.

  • Crear entornos seguros y libres de discriminación.

  • Fomentar relaciones basadas en el respeto y la equidad.

  • Formar infancias y juventudes capaces de reconocer, denunciar y rechazar las violencias.

La clave es la concientización de la institución, ya que, parafraseando y situando a Desmond Tutu, si la escuela, el profesorado y sus herramientas pedagógicas se mantienen neutrales ante una situación de injusticia, significa que continúan eligiendo al lado opresor.

Cómo prevenir la violencia de género desde la escuela

Como resultado de los múltiples aportes realizados por teóricas y teóricos de los estudios críticos de género y los estudios feministas, actualmente se cuentan con diferentes líneas de acción que posibilitan un acercamiento tangible hacia la prevención de la violencia de género en los ámbitos educativos. A continuación, se mencionan tres de los más importantes:

Educar en igualdad desde la infancia.

Fomentar una currícula académica que rompa con los estereotipos de género es crucial, es decir, que vaya en contra del currículo oculto de los programas que reproducen roles de género. Se requiere de una revisión exhaustiva sobre los conocimientos a transmitir, reconociendo, por ejemplo, que los juguetes o las competencias matemáticas o artísticas no son exclusivas de un sólo género, o de las prácticas docentes como cuidar las voces que participan para que sean equitativas.

Promover la educación emocional

Una parte fundamental en la prevención de la violencia de género es el desarrollo de habilidades socioemocionales que permitan la comunicación como un recurso de denuncia y mejora. No basta con enseñar contenidos académicos: es necesario formar personas capaces de reconocer, expresar y regular sus emociones, gestionar los malestares sin recurrir a la violencia, o de establecer relaciones basadas en el respeto mutuo, acciones que llevan a desnaturalizar los estereotipos emocionales de género.

Formar al profesorado en perspectiva de género

Para que la educación tenga un rol activo en la prevención de la violencia de género, es indispensable formar al profesorado con una perspectiva crítica y situada. No se puede enseñar lo que no se conoce, y mucho menos transformar realidades sin herramientas conceptuales y prácticas. Para ello, se recomienda la incorporación de marcos teóricos actualizados y contextualizados, trabajar la identificación e intervención educativa ante situaciones de violencia, o el diseño de estrategias pedagógicas inclusivas y no sexistas.

Importancia de la prevención

Es importante señalar que prevenir la violencia de género desde la educación no representa una opción, sino una responsabilidad ética con el estudiantado, la sociedad y la educación misma. Actualmente, el profesorado tiene el poder de construir espacios que apuesten a la creación y fortalecimiento de vínculos sociales más saludables, horizontales y justos, que sumen a la construcción de un proyecto educativo centrado en la igualdad, la paz y el cambio social.

Autor:
Profesor Janer Balam Aguilar
Maestría en Orientación Educativa Familiar de UNIR México.

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