Esta teoría forma parte de la psicología evolutiva, centrada en el estudio del crecimiento, desarrollo y madurez de las personas a lo largo de su vida.
La formación del profesorado es de vital importancia en el proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula. En este sentido, el conocimiento que ofrece la Psicología Evolutiva de los diferentes momentos del desarrollo que se producen en la vida de una persona supone el punto de partida para que cualquier docente saque el máximo partido a su labor, instruyéndose también en el campo de la Psicopedagogía. Desde UNIR México analizamos las teorías del andamiaje de Bruner y Vigotsky, sus ventajas y cómo aplicarlas en el aula.
¿En qué consiste la teoría del andamiaje de Bruner y Vigotsky?
La teoría del andamiaje —Scaffolding Theory en inglés— forma parte de la Psicología Evolutiva. Es decir, aquella centrada en el estudio del crecimiento, desarrollo, progreso y madurez de las personas a lo largo de su vida. Parte de la suma importancia de la enseñanza y el aprendizaje en el citado desarrollo y del conocimiento que se tenga del proceso evolutivo para intervenir, en consecuencia, sobre él. La Pedagogía, por su parte, plantea este concepto como una atención temprana con la que ayudar al niño a construir sus propios procesos de aprendizaje, ya desde su primera infancia.
Esta teoría encuentra sus raíces en la teoría de la Zona de Desarrollo Próximo de Vigotsky. En ella, el psicólogo plantea que el concepto de “Zona” hace referencia a la distancia entre el nivel de Desarrollo Real (lo que el niño es capaz de realizar por sí solo) y el nivel de Desarrollo Potencial (lo que puede llegar a hacer con ayuda de los demás). Consiste en ir planteándole al menor diferentes retos fragmentados, de forma que la superación de uno suponga pasar al siguiente nivel. Los docentes irán proporcionándole al alumno pequeñas pistas o llaves que permitan la consecución de dichos retos, convirtiéndose así en guías del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Bruner tomó esta premisa para plantear su teoría del andamiaje. Esta teoría se presenta en forma de metáfora en la que los maestros van a proporcionar al alumnado los “andamios” necesarios para que estos vayan consiguiendo los conceptos u objetivos planteados en cada actividad. Una vez que esos “andamios” cumplen su propósito educativo, se dejan de utilizar progresivamente, logrando así que los niños lleguen a ser capaces de realizar las tareas propuestas de manera autónoma.
¿Qué ventajas presenta el andamiaje en el aprendizaje?
La ventaja educativa más destacable que aporta esta teoría es que el estudiante se convierte en el propio protagonista de su aprendizaje y el docente se establece como un mero guía que le ofrece al alumnado las herramientas necesarias para que en todo momento sea capaz de ir resolviendo los trabajos planteados. Arrancamos de una interacción entre maestro-alumno donde ambos aprenden uno del otro y en la que, además, el maestro va aumentado la dificultad de cada reto, logrando que los niños desarrollen el máximo potencial de sus capacidades.
Otra de las ventajas es que los contenidos están contextualizados socialmente, por lo tanto, surgen siempre de los intereses y motivaciones de los alumnos, adaptándose así, a sus ritmos y necesidades de aprendizaje.
La teoría del andamiaje le otorga al lenguaje el papel principal para la construcción del conocimiento. La interacción entre maestro-alumno facilita la adquisición de los conceptos que se van presentando. Esta nueva forma de proponer las tareas potencia capacidades como la experimentación, la búsqueda y la investigación, logrando así una mayor autonomía y fortaleciendo su autoestima y seguridad. Cuanto mayor sea el reto, mayor será el crecimiento personal y cognitivo del alumnado.
¿Cómo aplicar la teoría del andamiaje en el aula? Ejemplos
Para que la teoría del andamiaje esté integrada en la metodología de enseñanza de las aulas es necesario emplear recursos y herramientas que partan de la cooperación entre los grupos de iguales. Dichas herramientas también deben promover la investigación, la autonomía y la experimentación por parte del alumnado.
Algunos de los recursos utilizados en esta metodología son: los proyectos, los talleres, el thinking-based learning… Este último no solo va a permitir trabajar el lenguaje, sino que también propiciará el ejercicio de la libertad de opinión y de pensamiento, algo fundamental para un mejor desarrollo personal y evolutivo de los alumnos. Todo ello, llevado a la práctica, supondría proponer un tema de trabajo de investigación, por ejemplo: “Los países”. En este caso concreto, mientras el alumnado en grupos cooperativos de trabajo investiga sobre el tema, la orientación (andamios) iría encaminada hacía ir dejando pequeñas pistas sobre cómo dirigir el proyecto: búsqueda de las capitales, costumbres. Se continuaría observando la información, debatiéndose en gran grupo los temas… hasta llegar al producto final del proyecto.
Planteamientos como estos que ayuden al progreso de los alumnos se abordan en la Maestría en Psicopedagogía de UNIR México, que te permitirá adquirir las competencias para velar por un correcto desarrollo infantil y un proceso de aprendizaje exitoso adaptado a las necesidades de cada estudiante.