El Derecho Romano es el conjunto de principios, normas y leyes que regían la sociedad de la antigua Roma, desde su fundación (753 a.C.) hasta la caída del Imperio Romano de Occidente (476 d.C.). Este sistema jurídico sentó las bases del derecho civil en muchos países actuales y se caracteriza por su estructura lógica, la clasificación de normas y la importancia de la jurisprudencia. Su influencia se mantiene en códigos legales modernos, como el Código Civil francés y el alemán, vamos a repasar en este artículo los conceptos de derecho romano más importantes.

Concepto de derecho romano
El Derecho Romano, considerado un pilar en la historia del derecho, es el nombre que damos al conjunto de normas que rigieron la vida de la Antigua Roma durante los catorce siglos que el Imperio se mantuvo en pie. Este cuerpo legal representa los inicios del derecho y su vigencia en derecho continúa hasta hoy, adaptándose a las necesidades sociales de cada momento histórico. En la actualidad, entendemos por Derecho Romano el ordenamiento jurídico que reguló las actividades de los ciudadanos del Imperio, desde su fundación—en el año 753 a. C.—hasta su caída en el siglo V d.C., siendo un cuerpo legal vivo que se adaptó para cubrir las necesidades sociales de cada momento histórico.
Noción del derecho desde la perspectiva del derecho romano
Desde la perspectiva del Derecho Romano, el derecho se entiende como el conjunto de normas y principios que regulan la vida en sociedad, garantizando el orden y la justicia. Se basa en la idea de dar a cada quien lo que le corresponde (suum cuique tribuere), distinguiendo entre derecho público y privado. Además, reconoce fuentes como la costumbre, la legislación y la jurisprudencia, influyendo en la evolución de los sistemas jurídicos modernos.
El compendio de normas de la Antigua Roma, que subraya la importancia del Código Justiniano, siguió vigente hasta la caída del Imperio bizantino, en el año 1453, pero sus fundamentos, incluyendo los principios de la historia del derecho, se han mantenido vivos a lo largo de los últimos siglos. Estos principios, consolidados en el Corpus Iuris Civilis de Justiniano, destacan por su enfoque en el arte de lo bueno y lo equitativo.
Primero, a través de su inclusión en los textos jurídicos germánicos y, después, como parte del ius commune y de los diversos derechos nacionales. Ha servido de base no solo para el desarrollo de la legislación civil de gran parte de Europa y de toda América Latina, sino también para el desarrollo de múltiples instituciones y principios de derecho público como la separación de poderes, la regulación de los bienes públicos, crímenes, la organización administrativa, la materia urbanística o el sistema impositivo, entre otros.
Objeto del Derecho Romano
El objeto del derecho procesal romano es regular las relaciones jurídicas entre las personas, estableciendo normas que garanticen el orden, la justicia y la convivencia en la sociedad. Se enfoca en aspectos como el derecho de las personas (estatus y capacidad jurídica), el derecho de las cosas (propiedad y posesión) y el derecho de las obligaciones (contratos y responsabilidades). Su propósito es definir los derechos y deberes de los ciudadanos, asegurando la equidad y la resolución de conflictos.
Características del derecho romano
- Origen consuetudinario – En sus inicios, se basaba en costumbres y tradiciones.
- Flexibilidad y evolución – Se adaptó con el tiempo mediante leyes, edictos y jurisprudencia.
- División en derecho público y privado – Regulaba tanto la relación entre ciudadanos y el Estado como las relaciones entre particulares.
- Importancia de la jurisprudencia – Los juristas interpretaban y desarrollaban el derecho, influyendo en su aplicación.
- Codificación y sistematización – Se recopilaron normas en obras como el Corpus Iuris Civilis de Justiniano.
- Carácter práctico – Buscaba soluciones concretas para conflictos jurídicos reales.
- Influencia en sistemas jurídicos modernos – Sirvió de base para el derecho civil en muchos países actuales.
Historia del derecho romano
La evolución histórica del derecho romano se desarrolló a lo largo de varios siglos y se puede dividir en tres etapas:
- Monarquía (753 a.C. – 509 a.C.)
- El derecho era principalmente consuetudinario y no estaba formalizado en leyes escritas.
- El rey tenía un rol central en la administración de la justicia, basándose en tradiciones orales.
- República Romana (509 a.C. – 27 a.C.)
- Se formaliza el derecho, destacando la Ley de las XII Tablas (450 a.C.), que establecía normas básicas para la vida pública y privada.
- Se comienza a desarrollar el derecho civil y los magistrados tienen más poder en la administración de justicia.
- Imperio Romano (27 a.C. – 476 d.C.)
- Durante el Imperio, el derecho se estructura de manera más compleja y se crea un sistema legal más organizado.
- Surge una gran cantidad de juristas que contribuyen al desarrollo del derecho romano.
- El Corpus Iuris Civilis, compilado bajo el emperador Justiniano en el siglo VI, recoge el derecho romano clásico, sirviendo como base para el derecho occidental posterior.
Las bases del Derecho Romano
Los más de mil años de legislación y formas de entender la ley del Imperio romano abarcan desde el primer código de leyes de la Antigüedad, la Ley de las XII Tablas, hasta la compilación jurídica que realizó el emperador Justiniano en el siglo VI d.C., conocida como Corpus Iuris Civilis.
Para construir el ordenamiento jurídico se tomó la costumbre como fuente del derecho romano, es decir, los actos socialmente aceptados y que a través de la repetición quedaban validados como una forma de actuar legítima para responder a una necesidad jurídica.
Por tanto, los romanos regulaban tanto la esfera pública del ciudadano—su relación con el Estado—como la privada—entre los propios ciudadanos—apoyándose en las soluciones similares que habían resuelto de forma exitosa: conflictos de propiedad, compraventas viciadas, adquisición por posesión continuada en el tiempo, hurtos, delitos violentos…
Situaciones que hoy en día han quedado reflejadas en nuestro ordenamiento en el Código Civil, Código Penal y en el Código de Comercio, entre otras normas que constituyen la base del sistema jurídico.
Otras fuentes del Derecho Romano
Pero además de la costumbre, el Derecho Romano tenía otras fuentes como las decisiones que tomaba el Senado —como representante del pueblo— sobre las normas que debían regir a los ciudadanos; los pronunciamientos de los magistrados romanos o las leyes aprobadas por los ciudadanos en los comicios.
También los plebiscitos, que es la denominación de las decisiones que tomaba la plebe romana en sus asambleas; los iura u opiniones de los jurisconsultos; y, a partir del Principado, las ‘constituciones imperiales’ o normas que emanaban de los propios emperadores.
Estas decisiones, tomadas por los distintos órganos en que se organizaba la sociedad romana, sirvieron para dar forma a un cuerpo legal escrito que complementaba las normas no escritas, un ordenamiento que establecía los derechos y libertades de los ciudadanos y la forma de resolver los conflictos o de castigar los incumplimientos.
Por tanto… por resumir:
Fuentes del derecho romano
- La costumbre (mos maiorum) – Normas y prácticas transmitidas de generación en generación.
- La ley (lex) – Disposiciones escritas aprobadas por las asambleas populares.
- Los senadoconsultos – Decretos emitidos por el Senado, con fuerza de ley en el Imperio.
- Los edictos de los magistrados – Normas establecidas por los pretores y otros funcionarios para administrar justicia.
- La jurisprudencia – Opiniones y dictámenes de los juristas sobre la interpretación del derecho.
- Las constituciones imperiales – Normas dictadas por los emperadores con valor de ley.
Importancia del derecho romano en la historia e influencia
A pesar de ser una legislación tan antigua, su influencia en diferentes factores sociales, políticos y económicos ha trascendido en el tiempo. Esto se debe a que los romanos supieron elaborar un cuerpo legislativo sencillo, capaz de dar respuesta a los conflictos que surgían entre los ciudadanos de la manera más simple.
Una de las diferencias con la concepción actual del Derecho, es que en el antiguo ordenamiento romano no todo ser humano era sujeto de derechos y, por tanto, no reconocía derechos a toda la sociedad
No buscaban grandes formulaciones teóricas, pero sí tenían un espíritu formalista muy sólido, tanto en la interpretación de su derecho como en su aplicación, buscando la solución más justa a cada caso concreto y con una enorme capacidad de adaptación a los cambios y necesidades imperantes en cada momento en la sociedad.
De forma simplificada, el Derecho Romano distinguía entre varias formas de comprender lo que era justo conforme a derecho:
- Ius: normas creadas por el hombre
- Iniuria: lo contrario a esas normas
- Fas: voluntad divina
- Nefas: lo contrario a la voluntad divina
Su ordenamiento distinguía también entre:
- Derecho público, que era la parte del ordenamiento jurídico que regulaba la acción del Estado en áreas del interés general y velaba por su relación con el ciudadano u otras comunidades independientes.
- Derecho privado, que era la esfera jurídica que regulaba las relaciones entre los ciudadanos y sus intereses particulares
Los preceptos del Derecho Romano
Según el jurista Celso, el “derecho” era el arte de lo bueno y lo equitativo. Y de acuerdo con Ulpiano, la justicia era definida como la voluntad constante de dar a cada uno su derecho, apoyándose el Derecho Romano en tres preceptos:
- Honeste vivere o ‘vivir honestamente’.
- Alterum non laedere o ‘no dañar al otro’, porque quien ocasiona un daño a otra persona lesiona sus derechos y queda expuesto a sanción.
- Suum cuique tribuere o ‘dar a cada cual lo suyo’, es decir, cumplir con las leyes, los contratos, pactos y reconocer el derecho ajeno.
Sin embargo, una de las diferencias con la concepción actual del Derecho, es que en el antiguo ordenamiento romano no todo ser humano era sujeto de derechos y, por tanto, no reconocía derechos a toda la sociedad, dejando fuera a los esclavos, que eran considerados cosas.
Por su parte, se concedió a los latinos una especie de semiciudadanía, pudiendo algunos de ellos llegar a convertirse en ciudadanos romanos. En cambio, los derechos del resto de extranjeros o peregrinos dependían del tratado que su comunidad hubiera firmado con Roma.
Se concedió a algunos la posibilidad de realizar actos jurídicos válidos regulados por el derecho de gentes. Pero se podía dar muerte a los que se rendían sin condiciones.
Asimismo, no todos los ciudadanos romanos tuvieron los mismos derechos sufriendo algunas importantes limitaciones por razón de sexo, condición social, profesión o religión, entre otras causas. Por ejemplo, las mujeres no pudieron formar parte del ejército o de las asambleas, careciendo de derechos políticos y para actuar en el tráfico jurídico necesitaron durante muchos siglos la asistencia de un tutor.
Instituciones del derecho romano
Las principales instituciones del Derecho Romano son:
Personas (Derecho de las personas) – Regula el estatus jurídico de los individuos, distinguiendo entre libres y esclavos, ciudadanos y extranjeros, así como la patria potestad y la capacidad legal.
Cosas (Derecho de los bienes o patrimonial) – Establece normas sobre la propiedad, posesión, usufructo y derechos reales sobre las cosas.
Obligaciones (Derecho de las obligaciones) – Regula las relaciones jurídicas entre personas derivadas de contratos, delitos o cuasidelitos, determinando derechos y deberes entre acreedores y deudores.
Acciones (Derecho procesal) – Define los procedimientos legales y mecanismos para hacer valer derechos ante tribunales, incluyendo el proceso formulado y extraordinario.
Estas instituciones fueron recopiladas en la obra “Instituciones” de Gayo y más tarde en el Corpus Iuris Civilis de Justiniano, sirviendo de base para el derecho civil moderno.
El Derecho Romano en la actualidad
Ni la caída del Imperio romano de Occidente, a finales del siglo V, ni del de Oriente, en el siglo XV, supuso la pérdida de vigencia del Derecho Romano. Los Estados europeos, a lo largo de los siglos posteriores, siguieron aplicando sus preceptos y recuperaron su estudio e interpretación para adaptarlo a sus circunstancias contemporáneas.
No es hasta los siglos XVIII y XIX cuando países como Francia, Alemania o España impulsan el movimiento codificador de sus propios ordenamientos y dan forma a nuevos cuerpos legislativos.
En México, el primer Código Civil entró en vigor en 1932 y el Código de Comercio en 1890. Los textos se han ido modificando para adaptarse al cambio social, pero la base de algunos preceptos ha permanecido en el tiempo.
En la actualidad, el plan de estudios de la Licenciatura en Derecho cuenta con una asignatura específica de Derecho Romano que, al estudiarse al principio de la carrera, ayuda al alumno a comprender mejor instituciones jurídicas que se desarrollaron hace siglos y que siguen plenamente vigentes como lo son el concepto de persona física, capacidad jurídica y de obrar. Así como obligación, derecho real, negocio jurídico, garantía, proceso, sucesión hereditaria o de propiedad privada. De esta forma, contribuye a una interpretación más precisa de su regulación actual y permitiendo tanto completar como corregir sus lagunas.
En el ámbito académico, el Derecho Romano aporta al futuro abogado una visión global de un sistema jurídico y la lógica que lo estructura, razón por la que ha servido de base a lo largo de siglos para el desarrollo de los cuerpos jurídicos de muchos de los Estados actuales, reflejando las características del sistema romano germánico.
Conoce aquí sobre la filosofía del Derecho.