¿Cómo influyen las características genéticas en el rendimiento deportivo? ¿Cuál es la importancia de la nutrición en la prevención de lesiones? ¿Y el sistema nervioso? Respondemos a estas y otras muchas preguntas.
Son numerosos los factores que inciden en la productividad de un atleta de élite y que van más allá de la preparación física que realizan. En un evento organizado por UNIR y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), se analizaron los factores fisiológicos que afectan al rendimiento deportivo.
¿El deportista tiene predisposición genética a lesionarse?
Esta fue la interrogante que expresó Félix Gómez Gallego, director del área Biosanitaria de UNIR, al comenzar su intervención. Como se sabe, la genética estudia la variación y la herencia. Con el descubrimiento del genoma humano a principios del siglo, se logró un gran avance en su estudio con la estructura del ADN.
Aunque compartimos el 99,9% de genoma, hay pequeñas variaciones que nos hacen diferentes y son variantes genéticas que pueden tener un efecto positivo o negativo.
“Se descubrió que, aunque compartimos el 99,9% de genoma, hay pequeñas variaciones que nos hacen diferentes y son variantes genéticas que pueden tener un efecto positivo o negativo” reconoció López.
De esta forma, el doctor explicó los estudios que se han realizado sobre algunos genes en diferentes tipos de deportistas, incluyendo futbolistas. Algunos de ellos afectan a la estructura muscular como el alfa actinina 3 (el gen de la velocidad), otros influyen en la zona cardiorrespiratoria del organismo, o la actividad metabólica como el PGC 1a.
Por ejemplo, los individuos que son deficientes en las copias del gen de alfa actinina 3 tienen una incidencia de lesiones mucho más alta que quienes tienen un registro normal para este gen.
La conclusión actual es que el componente genético (hereditario) del deportista de élite se sitúa en un poco más del 50% aproximadamente. Así, la herencia tiene una influencia, pero no es definitiva; el rendimiento deportivo es una combinación de un genotipo (fenotipo: genotipo + ambiente) con unas determinadas condiciones ambientales. Por lo general, el resultado “es la combinación de polimorfismos genéticos que pueden dar lugar a un determinado perfil más favorable para el rendimiento y protección contra las lesiones”.
Planificar la preparación es básico para evitar daños
David Jiménez, doctor en Farmacia y especialista en nutrición en deportistas de alto rendimiento, explicó en su exposición la importancia que tiene la nutrición a la hora de evitar lesiones.
“La nutrición prepara y restaura el equilibrio orgánico y muscular del deportista para que pueda desarrollar su actividad en las mejores condiciones”, comenzó diciendo. La práctica deportiva de alto nivel ocasiona heridas en el organismo por la pérdida de líquidos, vitaminas, reservas de energía (glucosa), y genera un daño muscular a nivel proteico.
“La nutrición prepara y restaura el equilibrio orgánico y muscular del deportista para que pueda desarrollar su actividad en las mejores condiciones”
De esta forma, para prevenir consecuencias serias se deben tomar en cuenta algunos aspectos fundamentales:
- Hidratación, antes, durante y después del ejercicio físico. El organismo de un deportista joven se compone de un 70% de líquidos, en un partido de fútbol puede llegar a perder hasta 2 litros de agua por hora, y un deportista mal hidratado tiene una mayor predisposición a lesiones mayúsculas, catabolismo proteico y pérdida de iones.
- Frecuencia cardíaca. Cuando está alta hay menos flujo sanguíneo en el sistema digestivo y la absorción es menor, por lo que, lo ideal es ingerir los líquidos en periodos de reposo y con una frecuencia cardíaca media o baja.
- Después del ejercicio, es necesario hacer restauraciones: equilibrar el balance electrolítico con 1 y 1.5 gramos de hidratos de carbono por cada kilo de peso corporal, igual que el glucógeno con un poco de proteínas, puesto que la acción de la insulina es mejor cuando se aporta proteínas.
Los radicales libres se deben compensar a través de alimentos (antioxidantes) o suplementos nutricionales, igual que la glutamina, ya que su ausencia genera catabolismo muscular y ello aumenta las posibilidades de lesiones.
El deportista debe tener un proyecto completo de su entrenamiento, “la alimentación en general y, atendiendo a los nuevos conocimientos a través de la nutrigenética, se puede afinar tanto que la alimentación puede ponerse en el DNI del deportista”.
Tratar la lesión como parte de un sistema más complejo
El último ponente del evento fue Roberto Martín, fisioterapeuta e instructor de una técnica llamada neuromodulación funcional creada por el doctor Alejandro Elorriaga (Director del Programa de Acupuntura Neurofuncional de la Universidad McMaster en Canadá desde 1998)
Esta técnica actúa en el sistema nervioso a través de agujas de acupuntura que trabajan el nervio periférico con una serie de estímulos eléctricos que generan una mejoría.
La neuromodulación trata los problemas desde un punto de vista multidimensional, se mira la estructura lesionada como parte de un sistema mucho más complejo logrando mejoras a nivel motor, sensorial y autonómico, “estamos acostumbrados a trabajar sobre la estructura, sobre la lesión…. Y somos un sistema mucho más complejo que una propia estructura en particular”. La solución es ir más allá de una simple rotura muscular, y tratar el conjunto para obtener mejores respuestas.
El experto explicó que el cuerpo de un deportista de élite va realizando adaptaciones para compensar los desequilibrios mecánicos y metabólicos que se le van presentando, hasta que el sistema nervioso se satura y se produce el problema.
“Creo que no existe ninguna lesión que sea por mala suerte, siempre hay un desequilibrio”
“Creo que no existe ninguna lesión que sea por mala suerte, siempre hay un desequilibrio”. Señaló que la lesión siempre es consecuencia de un desequilibrio metabólico en el sistema nervioso, “todo proceso de dolor es un proceso del sistema nervioso, no es un proceso estructural como tal”.
No obstante, enfatizó que lo más importante es tomar las prevenciones necesarias para que el organismo no produzca esas adaptaciones que a la larga generan lesiones, sino ir trabajando los sistemas metabólicos, neurológicos y biomecánicos.
En resumen, una predisposición genética puede influir en el rendimiento de un deportista, pero son otros muchos factores los que influyen en él. Factores que deben conocer los que quieran desarrollar su carrera en este ámbito, y que también resulta interesante para los que busquen enfocarse a la gestión de equipos de salud que puedan tratar a deportistas.
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