La lectura musical es la habilidad de interpretar símbolos y notas escritas en una partitura para ejecutar una pieza musical.

Escuchar música y leerla son cosas muy diferentes. Los que estudian y enseñan melodías saben de lectura musical. Esta habilidad permite traducir el lenguaje escrito de la música en sonidos reales. Pero, y esto es importante tenerlo en cuenta, no es un talento que pocos poseen: es, más bien, una competencia que se puede adquirir.
Para avanzar en tu carrera como docente o intérprete, cursar una Maestría en Educación Musical es lo ideal. Este postgrado brinda el conocimiento necesario para guiar a otros en el aprendizaje de la lectura de partituras.
Pero… ¿De qué trata la lectura musical? Aquí te lo contamos. Además, te decimos cómo se estructura un buen método de lectura musical, qué beneficios ofrece y, por supuesto, cómo se enseña.
¿Qué es la lectura musical?
A la capacidad de interpretar símbolos que representan sonidos en una partitura se le llama lectura musical. Es decir, en vez de leer letras, el músico lee notas, silencios, figuras rítmicas y otros signos que indican cómo debe sonar una obra.
Se trata de una forma de alfabetización, pero con lenguaje sonoro. Y como toda alfabetización, se enseña al principio lo básico y luego se va hasta los niveles complejos, como la lectura musical avanzada.
Esta habilidad sirve para reconocer lo que está escrito en el pentagrama, incluidos todos estos aspectos: altura, duración, timbre y el ritmo. Para ello, requiere coordinación entre vista, oído y movimiento.
¿Cuál es el método de lectura musical?
El método de lectura musical varía en su pedagogía. Sin embargo, por lo general, se inicia con el solfeo. En la planificación de las clases de lectura musical, se introduce primero la lectura rítmica, luego la melódica y, más adelante, se trabaja la lectura armónica.
La metodología clásica es el solfeo silábico: Do, Re, Mi…, que ayuda a entonar y a reconocer los intervalos desde la audición. Además, hay otros enfoques reconocidos internacionalmente:
- El método Kodály desarrolla la lectura auditiva antes que la visual.
- El esquema Orff combina movimiento, canto y percusión.
- El método Dalcroze incorpora el cuerpo para interiorizar el ritmo.
- El sistema Suzuki parte de la imitación auditiva y después introduce la lectura.
La elección del método a utilizar depende del grupo, la edad y los objetivos formativos. Sin embargo, todos coinciden en que la práctica constante y la exposición a repertorios variados, ambos factores, son fundamentales.
¿Qué beneficio tiene la lectura musical?
Aprender la lectura musical en el pentagrama mejora tu comprensión de la estructura de cada obra. Para compositores, arreglistas y docentes, las habilidades de lectura son aún más importantes, pues le permiten documentar ideas musicales y comunicarlas.
Si te preguntas qué beneficio tiene la lectura musical, debes saber que sus aportes también nutren las funciones cognitivas. Aprender a leer música estimula el cerebro de manera compleja, y la ciencia lo comprueba:
- Reconocer y recordar los símbolos de la notación musical fortalece la memoria visual y auditiva. (1)
- En las interpretaciones, el cerebro se entrena para enfocarse en múltiples elementos simultáneamente. Esto agudiza la capacidad de atención.
- Desarrolla la flexibilidad cognitiva: leer y tocar al mismo tiempo requiere cambios rápidos de enfoque mental, algo que mejora la adaptación del cerebro. (2)
- La lectura musical con solfeo requiere visualizar las notas en el pentagrama y relacionarlas con su ejecución. Así se generan conexiones neuronales y se refuerza la capacidad del cerebro para adaptarse a pasajes difíciles en una obra musical.
- Estimula la neuroplasticidad para el aprendizaje de nuevas partituras.
¿Cómo se enseña a leer partituras?
Leer partituras inicia con ejercicios de ritmo: palmas, pasos o instrumentos de percusión. Tras esta etapa se continúa con la entonación de fragmentos, y poco a poco se llega a la lectura real de obras cortas.
Los docentes se apoyan en juegos, canciones conocidas, esquemas visuales y ejercicios escritos. Una estrategia efectiva es alternar la lectura con la escucha, permitiendo que el estudiante relacione lo que ve con lo que oye. También es importante trabajar tanto la lectura vertical (acordes, polifonía) como la horizontal (melodía, fraseo).
Además, incorporar herramientas tecnológicas puede hacer una gran diferencia. Existen plataformas que corrigen errores en tiempo real, graban la lectura del estudiante y permiten repasar las partes difíciles.
¿Cómo mejorar la lectura musical?
La habilidad de leer una pieza musical, como cualquier otra, se refuerza con la constancia. Aquí tienes algunas sugerencias sobre cómo mejorar la lectura musical:
- Practica todos los días, al menos 10 minutos.
- Utiliza metrónomos y apps de solfeo para mantener el ritmo.
- Lee obras nuevas cada semana porque la variedad aumenta tu flexibilidad.
- Trabaja con compañeros con el fin de mejorar la sincronización.
- Escoge partituras un poco por encima de tu nivel actual para desafiarte.
- Entrena tu oído haciendo dictados auditivos y luego verifícalos en la partitura.
Si estás formando a futuros músicos, enseñarles a disfrutar el proceso es igual de importante que enseñarles la técnica. Recuerda que puedes ampliar tus conocimientos con la Maestría en Educación Musical que te ofrece UNIR.
Referencias Bibliográficas
- Custodio, N., & Cano-Campos, M. (s/f). Effects of music on cognitive functions. Org.pe. http://www.scielo.org.pe/pdf/rnp/v80n1/a08v80n1
- Salud sonora. (s/f). https://salud.nih.gov/recursos-de-salud/nih-noticias-de-salud/salud-sonora