La sociología criminal ha ido evolucionando para aportar su explicación y previsión del delito desde diferentes paradigmas. En UNIR analizamos los más destacados y cómo se aplican.
La sociología criminal es la rama de la sociología general que estudia el delito como una conducta desviada, sus causas, formas, desarrollo, efectos y su relación con otros hechos sociales para poder detectar conductas que pueden ser delictivas. Es decir, la sociología criminal analiza el fenómeno de la criminalidad como fenómeno social de forma integral: desde su origen y evolución hasta su impacto y relación con otros fenómenos sociales.
El sociólogo y jurista italiano Enrico Ferri (1856-1929), representante de la escuela positivista del derecho penal, es el padre o fundador de la sociología criminal. Fue quien acuñó la teoría de la defensa social y su postulado es que “el delito surge como resultado de la combinación de factores biológicos, físicos y sociales”. Ferri sistematizó y agrupó su trabajo e ideas en su obra Sociología Criminal y en ella aborda su visión de la criminología y del derecho penal tomando como punto de partida un fenómeno apreciado en ese momento: el aumento de la delincuencia.
Ante tal situación, el jurista italiano considera que es necesario estudiar al delincuente desde un punto de vista antropológico y psicológico. La sociología criminal tiene como objetivo estudiar los factores sociales, las interacciones entre las personas y sus dinámicas para comprender su sentido y conexiones con un hecho delictivo.
Funciones de la sociología criminal
La sociología criminal persigue una doble función:
- Ofrecer una teoría capaz de explicar la delincuencia basada en el estudio de los fenómenos criminales y apoyado en los aspectos psicológicos de los casos concretos y su relación con factores criminógenos.
- Desarrollar una ciencia aplicada capaz de prevenir los delitos, ofrecer medidas apropiadas para atenuar los factores que impulsan a delinquir y reducir en lo posible su impacto negativo.
La criminología social analiza la medida en que los sentimientos, pensamientos y acciones de una persona se ven afectados por los de su grupo de interacción. Estudia cómo afectan esas dinámicas de grupo para comprender los motivos que llevan a una persona hacia la agresividad, la violencia o la inadaptación social. Un ejemplo de sentimientos o pensamientos que deriven en acciones delictivas pueden ser la exclusión social, la situación económica, el abandono, la delincuencia organizada, la situación familiar o las adicciones, entre otras.
Como herramienta en la lucha contra el crimen, la sociología criminal aboga por atacar las causas que favorecen el desarrollo de la criminalidad a través de políticas sociales preventivas. Para Ferri esto son los sustitutivos penales, es decir, medios de prevención social que abarcan medidas políticas, económicas, administrativas, educativas y domésticas y que los gobiernos deben activar para disminuir la tasa de criminalidad.
Relevancia de la sociología criminal
Los postulados positivistas en el estudio del delito y el delincuente fueron durante décadas las teorías más relevantes a nivel global. Los autores de esta escuela veían al delincuente como un humano afectado por algún tipo de patología o condicionante que le llevaba a delinquir. Recordemos, por ejemplo, que Cesare Lombroso defendía que el delito es consecuencia de impulsos y que la criminalidad está ligada a causas físicas y biológicas.
Con su teoría, Ferri introdujo el componente sociológico en el estudio de la criminalidad, visualizándolo como un fenómeno complejo tanto en su origen como en su evolución y en cómo impacta en el entorno del delincuente. A mediados de los años 60 del siglo XX, las concepciones positivistas se ven superadas y empieza a reconocerse la influencia de factores sociales junto a las predisposiciones individuales del delito, como planteaba Ferri, dejando de lado que el crimen sea una patología y concibiéndolo como resultado de la estructura social.
El estudio del hecho social del crimen se ha realizado a lo largo de la historia desde varias disciplinas que, con frecuencia, se solapan o contradicen en su búsqueda del esclarecimiento de la criminalidad, la motivación del delincuente y los mecanismos de control social. La sociología criminal ha evolucionado para aportar su explicación y previsión del delito desde diferentes paradigmas, añadiendo conceptos como las características sociodemográficas de las víctimas y victimarios o la necesidad de intervenir en ámbitos como el hogar o la escuela para abordar el origen de la criminalidad.
La Licenciatura en Criminología de UNIR México ofrece un plan de estudios que permite comprender de forma global el hecho delictivo a través de cada una de sus piezas: el delito, el delincuente, la víctima y el control social. El programa aborda materias clave que garantizan a sus estudiantes la capacitación necesaria para acceder al mercado laboral en posiciones públicas y privadas.