Analizamos cuáles son sus beneficios y cómo podemos implementarlo en el aula presencial o virtual. Te damos las claves del Visual Thinking.
Qué es el Visual Thinking
El Visual Thinking es un miembro más de la familia de los Thinking, también compuesta por el Critical Thinking o el recientemente incorporado Design Thinking. Aunque algunos autores lo consideran como una metodología, debe reconocerse como una técnica o herramienta metodológica que se puede implementar en el aula mediante diferentes recursos. Así, se puede definir como una técnica metodológica que sirve para organizar y representar pensamientos por medio de dibujos.
En palabras de Garbiñe Larralde, experta en Visual Thinking: «El pensamiento visual supone la comprensión de una información mediante la visualización estructurada de sus partes».
Como otras metodologías, técnicas y recursos, no será empleado de forma aislada, sino como parte de una variedad de aproximaciones. Supondrán un enriquecimiento para nuestros alumnos, atendiendo a las inteligencias múltiples, a sus necesidades individuales y estilos de aprendizaje.
Precisamente haciendo mención a esos últimos, aunque muchos autores son escépticos en relación a su existencia u objetivos, se puede decir que el Visual Thinking constituirá un recursos especialmente apetecible para aquellos alumnos denominados como visuales en la clasificación sensorial de los estilos de aprendizaje.
Pensamiento visual según Dan Roam
Según Dan Roam, el pensamiento visual es la práctica de utilizar dibujos sencillos y visuales para resolver problemas, comunicar ideas y comprender conceptos de manera más clara y efectiva.
Roam sostiene que el cerebro humano procesa y retiene información visual mejor que la información textual o verbal. En su libro “The Back of the Napkin”, el autor argumenta que cualquiera puede usar el pensamiento visual para abordar problemas complejos, generar ideas innovadoras y comunicar mediante dibujos simples, gráficos y diagramas. El objetivo es simplificar lo complejo, haciendo que las ideas sean más claras y fáciles de comprender.
Beneficios del Visual Thinking
Pero no solo se enriquecerán estos estudiantes, ya que, según indican numerosos estudios, la información que vemos se retiene con más facilidad, multiplicándose, igualmente, el factor de memorización, con respecto a la información transmitida únicamente mediante la palabra. Y no acaban ahí los beneficios de este método que:
- Permite ver la información desde un punto de vista global.
- Involucra todos los sentidos en el proceso.
- Mejora la memoria, la atención y la concentración.
- Colabora en el desarrollo creativo y emocional.
- Supone un papel protagonista y activo del alumno.
- Ayuda a ordenar y organizar las ideas de forma lógica.
- Promueve la reflexión sobre el propio aprendizaje.
Como parte de las ventajas de su uso, y conectado con la aproximación multimetodológica destacada anteriormente, debe subrayarse que el Visual Thinking combina bien con todo. Así, puede ser parte fundamental del aprendizaje por proyectos, de propuestas de gamificación, en una aproximación Flipped Classroom o en un contexto AICLE. La realidad aumentada o el aprendizaje cooperativo también pueden combinarse perfectamente con este tipo de Thinking.
Ejemplos de Visual Thinking en el aula
Para comenzar a implementar el Visual Thinking en el aula, debemos tomar en consideración algunos elementos básicos:
- Dibujo de personajes y objetos– muchas veces podrán estar basados en formas geométricas, cómics o emoticonos.
- Tipografía– importancia del tipo de letra, tamaño, grosor de las letras, entre otras cuestiones.
- Recursos– los emplearemos para marcar diferencias, vínculos o relaciones espacio-temporales: conectores, divisores, marcos, viñetas, flechas, líneas, señales, bocadillos, carteles o contenedores, entre otros.
- Diferentes formatos– como las sketchnotes (o pequeñas anotaciones), los mapas visuales o el graphic recording (que supone el uso de murales).
Herramientas físicas y digitales
En cuanto a las herramientas para su práctica, pueden ser tanto físicas (lápices, papel o rotuladores) como digitales, por medio de programas de dibujo o aplicaciones.
Aunque, sin duda, parte de los beneficios señalados se pueden perder en el entorno digital y se debe insistir en la necesidad de usar el lápiz y el papel. Ciertas aplicaciones y recursos web pueden ayudarnos a desarrollar el pensamiento visual de nuestros estudiantes, al mismo tiempo que tomamos en consideración la competencia digital.
De este modo, podemos destacar la utilidad de MindMeister o Bubbl.us para crear mapas conceptuales o gráficas de forma cooperativa, herramientas para crear infografías, como Easel.ly o Canva, u organizadores visuales como Pinterest o Symbaloo. La creación de vídeos animados también puede resultar muy atractiva y motivadora para nuestros alumnos, por ejemplo a través de Powtoon. También lo puede ser la generación de memes o gifts educativos, o incluso el uso de emojis.
Para promover una evaluación visual, también para nuestros estudiantes, las insignias o las dianas para la evaluación resultarán complementos muy atractivos.
Críticas a esta técnica
Esta aproximación visual ha sido objeto de críticas, referidas, entre otros aspectos, al tiempo que lleva plasmar en un papel un simple concepto, a que no todos estamos dotados con el don del dibujo o a una supuesta marginación de la competencia lingüística. Empezando por el final, se debe recordar que el Visual Thinking es un recurso más que debe formar parte de una combinación metodológica y que suele incluir una parte textual.
En relación con el tiempo invertido, recordemos que no es un simple dibujo, sino que supone la comprensión, interiorización, interpretación, organización y explicación gráfica y personal de ideas o conocimientos que hacemos propios. En cuanto al don del dibujo, salvo excepciones artísticas, la mayoría de ejemplos que podemos ver toman como base el boceto, trazos básicos y sencillos que todos podemos llegar a desarrollar.
Artículo escrito por Ingrid Mosquera