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Las 4 fases del desarrollo moral infantil 

El Foro Educación: cómo abordar la violencia escolar, convocó más de 3.500 participantes al evento virtual, en el que la psicóloga Julia Niño de Rivero, especialista en niñez, destacó las fases esenciales para comprender la mente de un niño.

¿Cuánto nos equivocamos los adultos cuando intentamos aplicar razonamientos para los cuáles los niños no cuentan con la madurez para entenderlos? El uso de las palabras, la manera en la que nos dirigimos a ellos, el dramático impacto del maltrato, la naturalización de la violencia cuando los niños se exponen a entornos conflictivos; todos estos aspectos construyen el perfil de personalidad que luego se puede detectar en el ámbito escolar, cuando los docentes están capacitados y especializados para poder detectar las dificultades y ayudar a mejorar la calidad de formación integral que hoy exige la educación.

El FORO Educación: cómo combatir la violencia escolar que organizó UNIR, convocó a más de 3.500 personas que se interesaron en las ponencias y el debate entre las especialistas que participaron en la mesa redonda.

Cómo entender la mente de un niño” fue la conferencia que abrió el evento, y estuvo a cargo de Julia Niño de Rivera, psicóloga clínica egresada de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, especialista en niños y adolescentes que ejerce psicodiagnóstico vinculado a terapia breve, es directora general de la organización Antenas por los Niños A.C.

Niño de Rivera abordó el tema central del evento: cómo evitar la violencia desde la infancia, y expuso las cuatro fases esenciales en el desarrollo moral de los niños y ofreció valiosas recomendaciones para padres y maestros. El aspecto más relevante de su presentación subrayó la importancia de comprender el pensamiento infantil y promover la empatía como pilares para prevenir comportamientos violentos.

Las cuatro fases del desarrollo moral infantil

Niño de Rivera explicó que, según el modelo de desarrollo moral de Lawrence Kohlberg, los niños pasan por varias etapas a medida que crecen.

La primera etapa es la de orientación al castigo y la obediencia, donde los niños obedecen para evitar el castigo. Esta fase se caracteriza por una obediencia basada en el miedo a las consecuencias negativas.

La segunda etapa es la del individualismo y el interés propio, en la cual los niños buscan beneficios personales y obedecen para obtener recompensas. Se vuelven conscientes sobre aquellas necesidades que desean satisfacer, y comprenden que ante las acciones se imponen decisiones que pueden generar una satisfacción proveniente de la recompensa.

En la tercera fase, que abarca desde los 9 años hasta la adolescencia, los niños empiezan a buscar la aprobación de sus pares y del entorno social. Aquí es crucial el rol de padres y maestros para fomentar una empatía genuina y evitar que los niños adopten conductas negativas como el bullying para sentirse aceptados.

Finalmente, en la etapa adulta, se llega al mantenimiento del orden social y los principios éticos universales, donde las acciones se basan en el respeto a la justicia y la igualdad, es la conciencia de ser parte de una sociedad, de integrarse a un entorno mucho más amplio.

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Recomendaciones para padres y maestros

Niño de Rivera ofreció varias recomendaciones prácticas orientadas a evitar las situaciones de maltrato y violencia. Subrayó la importancia de cómo los adultos comunican la realidad a los niños. Por ejemplo, si un niño ha sido operado, en lugar de presentarlo como una tragedia, se debe resaltar su valentía y capacidad de lucha para fomentar la resiliencia, evitar la victimización o la pena, por el contrario, destacar sus fortalezas, su capacidad para superar la adversidad y tener más fuerza para el futuro.

Por otro lado, el abordaje de la violencia y el maltrato tiene datos corroborados: un niño o niña que se expone a entornos de maltrato o violencia antes de los 5 años, la acaba naturalizando, y es muy factible que en el ámbito escolar la exponga con sus compañeros. Ya no solo se trata de los problemas que puedan existir en su casa, sino también a qué tipo de contenidos se expone, desde la TV, las tablets, etcétera. Es clave evitar exponerse a todo tipo de violencia, principalmente en el hogar que es donde se generan la mayor parte de los problemas posteriores.

Otro punto clave es promover la empatía desde temprana edad. La psicóloga mencionó que la empatía se desarrolla como un músculo y necesita ser ejercitada constantemente. Actividades como el juego con personajes animados que hacen preguntas sobre la vida cotidiana pueden ayudar a los niños a expresar sus sentimientos y experiencias de manera segura y comprensible.

Conclusiones de la conferencia

En sus conclusiones, Niño de Rivera enfatizó la necesidad de los adultos de recordar su propia infancia para entender mejor a los niños. Los niños llegan a este mundo sin conocimientos previos y normalizan lo que viven; es vital que los adultos se esfuercen por ofrecer un entorno seguro y comprensivo, donde los niños puedan desarrollar una percepción clara de lo que es aceptable y lo que no.

Niño de Rivera también abordó el pensamiento concreto de los niños, explicando que estos tienden a interpretar literalmente lo que escuchan, por ello, es crucial que los adultos sean claros en sus comunicaciones y eviten metáforas o expresiones que puedan ser malentendidas y causar ansiedad en los pequeños.

Otro aspecto importante es la percepción global o difusa que los niños tienen de las situaciones. Niño de Rivera sugirió que los padres y maestros deben asegurarse de que los niños comprendan correctamente las situaciones para evitar asociaciones incorrectas que puedan generar miedo o confusión.

Para finalizar, la psicóloga insistió en la necesidad de fomentar un diálogo abierto y honesto con los niños. Es esencial que los adultos escuchen activamente y respondan a las preocupaciones de los niños de manera que se sientan comprendidos y apoyados. Este enfoque no solo ayuda a prevenir la violencia, sino que también promueve una relación de confianza y respeto mutuo.